El último fin de semana de mayo la ciudad de Burgos celebra la tradicional Romería de Nuestra Señora de la Blanca, acontecimiento que llena de alegría y devoción a los romeros y feligreses de la zona sudoeste de la ciudad. Desde la iglesia de San Pedro de la Fuente, lugar que alberga la imagen de Nuestra Señora la Blanca, los burgaleses ascienden en romería hasta la campa del Castillo, lugar que durante siglos albergó la iglesia medieval de Nuestra Señora la Blanca.
Este templo medieval desapareció con la voladura del 13 de junio de 1813 a manos de la artillería francesa, en el contexto de la Guerra de la Independencia. En la actualidad únicamente existe un hito de piedra con una inscripción que recuerda la ubicación de la iglesia. El paso del tiempo sepultó los cimientos de aquel venerado templo y la devoción de Nuestra Señora la Blanca, aquella Virgen que llegó a ser patrona de la Cabeza de Castilla durante la Edad Media, ha quedado reducida a este puñado de feligreses del barrio de San Pedro de la Fuente que enmiendan sus plegarias en la Romería de Nuestra Señora la Blanca.

Fuente: Ayuntamiento de Burgos.
Origen del templo
La tradición sostiene que dicho templo católico fue erigido en el lugar en el que fue encontrada la primitiva imagen de Santa María la Blanca. Según el historiador Domingo Hergueta y Martín, la imagen de Nuestra Señora fue encontrada por la hija del Conde Diego Rodríguez Porcelos, Doña Blanca, en una cueva ubicada en lo alto del cerro de San Miguel. Bernardo de Palacios, cronista que escribió en 1729 sobre la historia de la ciudad de Burgos, argumentó que dicha cueva se encontraba en las proximidades de la Iglesia de Santa María la Blanca y su entrada quedó sepultada durante los ataques de la artillería francesa en la Guerra de la Independencia.
La mayoría de los historiadores plantean que esta imagen recibió el nombre de Nuestra Señora la Blanca por el nombre de la hija del Conde Diego Porcelos; sin embargo, otros historiadores cuestionan esta denominación y asignan la condición de «Blanca» al color predominante en la cueva en la que se encontró la imagen de la virgen, ya que el cerro de San Miguel se fundamenta en gran medida de roca caliza (principalmente de color blanco). Esta teoría se respalda gracias a varios documentos históricos en los que se referencia este templo como Sanctae Mariae Alba o Iglesia de la Virgen de Rocalba.
Evolución del templo
Este templo cristiano dedicado a Nuestra Señora la Blanca fue erigido por orden del Conde Diego Porcelos en las últimas décadas del siglo IX y su estructura se basaba en una reducida ermita. Dicha iglesia se localizaba en la zona más occidental de la explanada que corona el cerro de San Miguel, al oeste del Castillo de Burgos. La historia de la iglesia de la Virgen Blanca estuvo en gran parte ligada al desarrollo histórico del Castillo de Burgos, así como al desarrollo de la ciudad medieval. Según el historiador Isidro Gil, este templo dedicado a la Virgen Blanca se hallaba dentro del complejo militar del Castillo de Burgos, consolidándose como una pequeña capilla inserta dentro de la fortaleza.
Con el desarrollo de la Alta Edad Media y el progresivo crecimiento de la ciudad de Burgos, el pequeño templo dedicado a la Virgen Blanca fue ampliado bajo los esquemas arquitectónicos románicos o latino- bizantinos, muy comunes en aquel periodo histórico. Esta nueva iglesia presentaba una planta cuadrada y contaba con ábsides en sus tres naves.
La advocación a Santa María la Blanca fue creciendo y el templo tuvo que ser ampliado en tiempos del rey Juan II de Castilla para acoger a los fieles. A comienzos del siglo XVII la iglesia fue restaurada y no experimentó más transformaciones hasta su destrucción en el siglo XIX.
Descripción del templo
Según las excavaciones arqueológicas desarrolladas en las primeras décadas del siglo XX en las que se sacaron a la luz los cimientos del templo, las dimensiones de la iglesia de la Virgen Blanca eran de 60 metros de largo por 33 metros de ancho.
Para obtener una pequeña idea sobre la morfología del templo es preciso acudir a las fuentes documentales gráficas que a lo largo de la historia han representado dicha iglesia. Entre estos testimonios documentales encontramos las ilustraciones de Georg Braun (Civitatis Orbis Terrarum, 1576), Isidro Gil (1913), Johan Ludwig Gottfried (1638) y Abraham Saur (1610).

A través de los testimonios gráficos que desvelan la forma del templo podemos recomponer parte de su estructura. Según las dimensiones de los cimientos, la iglesia se configuraba por tres naves y cinco capillas laterales. Contaba también con una torre cuadrada y achatada, con dos ventanas gemelas en cada uno de sus perfiles, similar a las torres albarranas presentes en algunos templos románicos del norte peninsular. Los feligreses accedían al templo a través de una portada abocinada ubicada en la zona sur del templo, rematada con un arco de medio punto y decorada en su parte superior por canecillos historiados y un pequeño tejado. La iglesia de la Virgen Blanca contaba también con un claustro por el que se accedía al templo, ubicado posiblemente en la zona norte de la explanada.
Destrucción del templo
El icónico templo de la Virgen Blanca sufrió las consecuencias de la Guerra de la Independencia y fue destruido durante el sitio de Burgos a manos de las tropas francesas. Las crónicas de la ciudad relatan como el templo fue derribado durante la famosa voladura del 13 de junio de 1813. El trazado de la iglesia de Nuestra Señora la Blanca se ha conservado en los planos y descripciones del terreno elaboradas por el ingeniero militar francés Jacques Vital Belmas, quien describió la superficie de la ciudad de Burgos en los meses previos al ataque de las tropas francesas.

Los escasos objetos que se salvaron de la destrucción del templo pasaron a la actual parroquia de San Pedro de la Fuente; concretamente, una imagen de Santa Bárbara y, sobre todo, la venerada imagen de Nuestra Señora de la Blanca o Santa María la Blanca, elemento central de la devoción de los feligreses.